He sentido la necesidad de querer que el tiempo pase, de poder olvidarme de las cosas, de llorar sólo una vez y volverme a parar, dejar todo y huir. Vengo por el cambio de mi vida, no espero mucho, a cambio deseo olvidar todo.
Por favor déjame dormir, no es lindo cuando quitas las almohadas y no queda sino mas que levantarme, y ver que todo está jodido.
Deja que respire un poco y me adapte. Un movimiento podría ser apreciado si supieras lo que he pasado. Si tan sólo pudieras ponerte mis zapatos y ver lo duro que es andar.
El cielo celeste se va a asomando afuera, el tono de luz comienza a apoderarse del cuarto.
Me cojo con toda la fuerza a mi cama, aún así la cama exhalando lágrimas me hecha.
Les dejo una carta sucia a todas mis cosas y a las que no pude adquirir.
Tomo el más viejo de mis abrigos, el único en realidad, el que conserva aún algo de mí y me veo al espejo dejando entre ver que el tiempo es el peor de mis amigos.
y si retrazas tu viaje?, me dice una cartera. Le doy un abrazo y dejo que le goteen algunos sentimientos. La dejo en su sitio y son ahora las toallas las que famélicamente me hacen una escena.
He tenido etapas las cuales he dejado mi ventana abierta para escucharte. Y a pesar de eso sólo escuchaba mi nombre.
No sé cómo mirar a cada cosa ya. Las miro de reojo sin esperar que me miren o al menos sé que si me despido de ellas también las cosas serán más difíciles.
Deja la cama como la viste y dame un segundo, no voy a huir, sólo quiero recordar cómo era todo.
Preparo las maletas, aunque sabemos ambos que sólo llevare lo puesto. Miro mis demás cosas con ternura y les digo adiós.
Sin embargo las cosas que me esperan afuera comienzan a llamarme; las bicicletas, las radios, los espectros de una tortuga y ella. Me despido con toda la vacilación de una despedida, con las ganas de volver de donde he venido.
Por favor déjame dormir, no es lindo cuando quitas las almohadas y no queda sino mas que levantarme, y ver que todo está jodido.
Deja que respire un poco y me adapte. Un movimiento podría ser apreciado si supieras lo que he pasado. Si tan sólo pudieras ponerte mis zapatos y ver lo duro que es andar.
El cielo celeste se va a asomando afuera, el tono de luz comienza a apoderarse del cuarto.
Me cojo con toda la fuerza a mi cama, aún así la cama exhalando lágrimas me hecha.
Les dejo una carta sucia a todas mis cosas y a las que no pude adquirir.
Tomo el más viejo de mis abrigos, el único en realidad, el que conserva aún algo de mí y me veo al espejo dejando entre ver que el tiempo es el peor de mis amigos.
y si retrazas tu viaje?, me dice una cartera. Le doy un abrazo y dejo que le goteen algunos sentimientos. La dejo en su sitio y son ahora las toallas las que famélicamente me hacen una escena.
He tenido etapas las cuales he dejado mi ventana abierta para escucharte. Y a pesar de eso sólo escuchaba mi nombre.
No sé cómo mirar a cada cosa ya. Las miro de reojo sin esperar que me miren o al menos sé que si me despido de ellas también las cosas serán más difíciles.
Deja la cama como la viste y dame un segundo, no voy a huir, sólo quiero recordar cómo era todo.
Preparo las maletas, aunque sabemos ambos que sólo llevare lo puesto. Miro mis demás cosas con ternura y les digo adiós.
Sin embargo las cosas que me esperan afuera comienzan a llamarme; las bicicletas, las radios, los espectros de una tortuga y ella. Me despido con toda la vacilación de una despedida, con las ganas de volver de donde he venido.