lunes, 28 de diciembre de 2009

viernes, 25 de diciembre de 2009

jueves, 24 de diciembre de 2009

un deseo demasiado sincero por navidad de mi amigo Armando

Hola césar, feliz navidad compadre. Te deseo los mejores libros y las peores relaciones amorosas porque sólo a través del sufrimiento hallarás el camino de la iluminación.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Pequeña del amor, tú no lo sabes... - Jaime Sabines

Pequeña del amor, tú no lo sabes,
tú no puedes saberlo todavía,
no me conmueve tu voz
ni el ángel de tu boca fría,
ni tus reacciones de sándalo
en que perfumas y expiras,
ni tu mirada de virgen
crucificada y ardida.

No me conmueve tu angustia
tan bien dicha,
ni tu sollozar callado
y sin salida.

No me conmueven tus gestos
de melancolía,
ni tu anhelar, ni tu espera,
ni la herida
de que me hablas afligida.

Me conmueves toda tú
representando tu vida
con esa pasión tan torpe
y tan limpia,
como el que quiere matarse
para contar: soy suicida.

Hoja que apenas se mueve
ya se siente desprendida:
voy a seguirte queriendo
todo el día.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Espero esto con ansias - 15 de diciembre de 2008

hola, hoy me llegó una carta de finales del 2007 y creo esperar otra para mediados de 2009... Pensé por un momento que no funcionaria y bueno ya sabes que colgué (o colgamos ese mail al blog) te mando este mensaje a tu otro correo, me late q ese te durara mas que el otro. No sé cómo te irán las cosas el próximo año, pero ya sabes que espero que sea lo mejor, ojala arregles las cosas o en todo caso se feliz. Te voy a extrañar. El futuro es muy misterioso y triste. Cuídate un abrazo de yo a yo.

lección sencilla de álgebra

tú+yo=yo+tú para toda tú y yo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Martín Adán

Si quieres saber de mi vida,
vete a mirar el mar.

domingo, 6 de diciembre de 2009

lunes, 30 de noviembre de 2009

El primer paso

He sentido la necesidad de querer que el tiempo pase, de poder olvidarme de las cosas, de llorar sólo una vez y volverme a parar, dejar todo y huir. Vengo por el cambio de mi vida, no espero mucho, a cambio deseo olvidar todo.
Por favor déjame dormir, no es lindo cuando quitas las almohadas y no queda sino mas que levantarme, y ver que todo está jodido.
Deja que respire un poco y me adapte. Un movimiento podría ser apreciado si supieras lo que he pasado. Si tan sólo pudieras ponerte mis zapatos y ver lo duro que es andar.
El cielo celeste se va a asomando afuera, el tono de luz comienza a apoderarse del cuarto.
Me cojo con toda la fuerza a mi cama, aún así la cama exhalando lágrimas me hecha.
Les dejo una carta sucia a todas mis cosas y a las que no pude adquirir.
Tomo el más viejo de mis abrigos, el único en realidad, el que conserva aún algo de mí y me veo al espejo dejando entre ver que el tiempo es el peor de mis amigos.
y si retrazas tu viaje?, me dice una cartera. Le doy un abrazo y dejo que le goteen algunos sentimientos. La dejo en su sitio y son ahora las toallas las que famélicamente me hacen una escena.
He tenido etapas las cuales he dejado mi ventana abierta para escucharte. Y a pesar de eso sólo escuchaba mi nombre.
No sé cómo mirar a cada cosa ya. Las miro de reojo sin esperar que me miren o al menos sé que si me despido de ellas también las cosas serán más difíciles.
Deja la cama como la viste y dame un segundo, no voy a huir, sólo quiero recordar cómo era todo.
Preparo las maletas, aunque sabemos ambos que sólo llevare lo puesto. Miro mis demás cosas con ternura y les digo adiós.
Sin embargo las cosas que me esperan afuera comienzan a llamarme; las bicicletas, las radios, los espectros de una tortuga y ella. Me despido con toda la vacilación de una despedida, con las ganas de volver de donde he venido.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Paul Eluard

Seria preciso que un solo rostro
Respondiera por todos los nombres del mundo.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

locos

materializar tu rostro
componer tu mano
llorar tu muñeca
filtrar tus zapatos
masticar tu boca
callar mi llanto
confeccionar tus dientes
descremar tus senos
llenarte de besos
auxiliar tu vello
comprender tus ojos
desfilar tus orejas
desgrajar tus verbos
encallar tu risa
dislocar tu alocado cabello
mantener tu barriga
encender y apagar tu movimiento
canjear tu personalidad de vaca
detener tu nariz
ensayar tu desmedro
coleccionar tu recuerdo
ver tus sesos
olerte como albahaca
drenarte de mis huesos
secarte como a hoja
sacarte como una hoja
dolerte en mis adentros
colocarte nombre
dormirte con mi cama
perfeccionar tus gritos
romper tu tristeza
con las manos y las piernas
beber y orinar tu olvido
con tu frente como afrenta
colocar las monedas
y darte cuerda.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Julio Ramón Ribeyro

11 de marzo
A veces pienso que la literatura es para mí sólo una coartada de la que me valgo para librarme del proceso de la vida. Lo que yo llamo mis "sacrificios" (no ser abogado, ni profesor de la universidad, ni político, ni agregado cultural) son tal vez fracasos simulados, imposibilidades. Mi excusa: soy escritor. Mi relativo éxito en este terreno excusa mis torpezas en los otros. Siempre he huido de toda prueba, de toda confrontación, de toda responsabilidad. Menos de la de escribir. Diríase que llevo la vida a mi terreno, allí donde no puedo darme ninguna sorpresa. Protegido del mundo, de la gente, solo frente a mi máquina de escribir, sin coerciones ni apremios, sin jueces, ni público, ni ovaciones ni rechiflas, en la arena solitaria de mi página en blanco, procedo a la mise á mort de la vida.

lunes, 26 de octubre de 2009

martes, 20 de octubre de 2009

no vale burlarse

Todos los días a la misma hora. Una especie de trato en silencio. Un día dejaste de llegar. Y yo no volví a esperarte.

domingo, 4 de octubre de 2009

sábado, 19 de septiembre de 2009

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Oliverio Girondo

No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡ pierden el tiempo las que pretenden seducirme!

lunes, 24 de agosto de 2009

Canción alemana - Bertolt Brecht

Otra vez se oye hablar de tiempos de grandeza.
(Ana, no llores.)
El tendero nos fiará.

Otra vez se oye hablar del honor.
(Ana, no llores.)
No nos queda ya nada en la despensa.

Otra vez se oye hablar de victorias.
(Ana, no llores.)
A mí no me tendrán.

Ya desfila el ejército que ha de partir.
(Ana, no llores.)
Cuando vuelva

volveré bajo otras banderas.

jueves, 13 de agosto de 2009

Luis Buñuel

La verdad es que he pasado toda mi vida bastante cómodamente entre múltiples contradicciones, sin intentar resolverlas. Forman parte de mi mismo, de mi ambiguedad natural y adquirida.

miércoles, 29 de julio de 2009

Jorge Pimentel y Reinaldo Arenas por Roberto Bolaño

Felipe Müller, bar Céntrico, calle Tallers, Barcelona, septiembre de 1995. Ésta es una historia de aeropuerto. Me la contó Arturo en el aeropuerto de Barcelona. Es la historia de dos escritores. En el fondo, una nebulosa. Las historias que se cuentan en los aeropuertos se olvidan rápido, a menos que sea una historia de amor y ésta no lo es. Creo que conocimos a esos escritores o que al menos él los conoció. ¿En Barcelona, en París, en México? Eso no lo sé. Uno de ellos es peruano y el otro cubano, aunque no sería capaz de asegurarlo al cien por ciento. Cuando me contó la historia Arturo no sólo estaba seguro de sus nacionalidades sino que también mencionó sus nombres. Pero yo apenas le presté atención. Creo, más bien dicho deduzco, que son de nuestra generación, es decir de los nacidos en la década del cincuenta. Sus destinos según Arturo, esto sí que lo recuerdo con claridad, fueron ejemplificantes. El peruano era marxista, al menos sus lecturas discurrían por esta senda: conocía a Gransci, a Luckacs, a Althusser. Pero también había leído a Hegel, a Kant, a algunos griegos. El cubano era un narrador feliz. Esto hay que escribirlo con mayúsculas: un Narrador Feliz. No leía a teóricos sino a literatos, a poetas, a cuentistas. Ambos, peruano y cubano, nacieron en el seno de familias pobres, el primero en una familia proletaria y el segundo en una familia campesina. Los dos crecieron como niños alegres, dispuestos a la alegría, con una gran voluntad de ser felices. Arturo decía que debieron de ser dos niños muy hermosos. Bueno: yo creo que todos los niños son hermosos. Por supuesto, descubrieron su vocación literaria desde muy temprano: el peruano escribía poemas y el cubano cuentos. Los dos creían en la revolución y en la libertad. Más o menos como todos los escritores latinoamericanos nacidos en la década del cincuenta. Luego crecieron: en una primera etapa el peruano y el cubano conocieron el esplendor, sus textos eran publicados, la crítica unánimemente los alababa, se hablaba de ellos como los mejores escritores jóvenes del continente, uno en el campo de la poesía y el otro en la narrativa, implícitamente comenzó a esperarse de ellos la obra decisiva. Pero entonces ocurrió lo que suele ocurrirles a los mejores escritores de latinoamérica o a los mejores escritores nacidos en la década del cincuenta: se les reveló, como una epifanía, la trinidad formada por la juventud, el amor y la muerte. ¿Cómo afectó esta aparición en sus obras? Al principio, de formas apenas visible: como si un cristal sobreimpuesto a otro cristal experimentara un ligero movimiento. Sólo unos pocos amigos se dieron cuenta. Después, ineludiblemente, se encaminaron hacia la hecatombe o el abismo. El peruano obtuvo una beca y se marchó de Lima. Durante un tiempo recorrió Latinoamérica, pero no tardó mucho en embarcarse con destino a Barcelona y luego a París. Arturo, según creo, lo conoció en México pero su amistad con él se cimentó en Barcelona. Por aquella época todo parecía indicar que su carrera literaria sería meteórica, sin embargo, vaya uno a saber por qué, los editores y los escritores españoles no se interesaron, salvo contadas excepeciones, por su obra. Después se marchó a París y allí entró en contacto con estudiantes peruanos maoístas. Según Arturo, el peruano siempre había sido maoísta, un maoísta lúdico e irresponsable, un maoísta de salón, pero en París, de una manera u otra, lo convencieron, digamos, de que él era la reencarnación de Mariátegui, el martillo o el yunque, no podía precisarlo, con el cual iban a destrozar a los tigres de papel que campeaban a sus anchas en Latinoamérica. ¿Por qué Belano creía que su amigo peruano jugaba? Bueno, no le faltaban motivos: un día podía escribir páginas horribles y panfletarias y al día siguiente un ensayo cuasi ilegible sobre Octavio Paz en donde todo eran zalamerías y alabanzas al poeta mexicano. Para ser maoísta, aquello no era muy serio. No era consecuente. En realidad, como ensayista el peruano resultó siempre un desastre, ya fuera en el papel de portavoz de los campesinos desheredados o en el de adalid de la poesía paciana. Como poeta, en cambio, seguia siendo bueno, en ocasiones incluso muy bueno, arriesgado, innovador. Un día, el peruano decidió regresar al Perú. Tal vez creyó llegado el momento de que el nuevo Mariátegui retornara al suelo patrio, tal vez sólo quiso aprovechar los últimos ahorros de su beca para vivir en un lugar más barato y trabajar en sus nuevas obras con tranquilidad y tesón. Pero tuvo mala suerte. No bien puso un pie en el aeropuerto de Lima cuando Sendero Luminoso, como si lo hubiera estado esperando, se levantó como un desafío tangible, como una fuerza que amenzaba con extenderse por todo el Perú. Evidentemente, el peruano no pudo retirarse a escribir a un pueblito de la sierra. A partir de allí todo le fue mal. Desapareció la joven promesa de las letras nacionales y apareció un tipo cada vez con más miedo, cada vez más enloquecido, un tipo que sufría al pensar que había cambiado Barcelona y París por Lima, en donde los que no despreciaban su poesía lo odiaban a muerte por revisionista o perro traidor y en donde, a los ojos de la policía, había sido, a su manera, es cierto, uno de los ideólogos de la guerrilla milenarista. Es decir, de golpe y porrazo el peruano se encontró varado en un país en donde podía ser asesinado tanto por la policía como por los senderistas. Unos y otros tenían motivos de sobra, unos y otros se sentían afrentados por las páginas que él había escrito. A partir de ese momento todo lo que él hace para salvaguardar su vida lo acerca de forma irremediable a la destrucción. Resumiendo: al peruano se le cruzaron los cables. El que antes fuera un entusiasta del Grupo de los Cuatro y de la Revolución Cultural, se transformó en un seguidor de las teorías de madame Blavatsky. Volvió al redil de la Iglesia Católica. Se hizo ferviente seguidor de Juan Pablo II y enemigo acérrimo de la teología de la liberación. La policía, sin embargo, no creyó en esta metamorfosis y su nombre siguió estando en los archivos de gente potencialmente peligrosa. Sus amigos, en cambio, los poetas, los que esperaban algo de él, sí que creyeron en sus palabras y dejaron de hablarle. Incluso su mujer no tardó en abandonarlo. Pero el peruano perseveró en su locura y se mantuvo en sus trece. En su polo norte final. Por supuesto, no ganaba dinero. Se fue a vivir a casa de su padre, quien lo mantenía. Cuando su padre murió, lo mantuvo su madre. Y por supuesto, no dejó de escribir y de producir libros enormes e irregulares en donde a veces se percibía un humor tembloroso y brillante. En ocasiones llegó a presumir, años después, de que se mantenía casto desde 1985. También: perdió cualquier estribo de vergüenza, de compostura, de discreción. Se volvió desmesurado (es decir, tratándose de escritores latinoamericanos, más desmesurado de lo habitual) en los elogios y perdió completamente el sentido del ridículo en las autoalabanzas. Sin embargo, de vez en cuando, escribía poemas muy hermosos. Según Arturo, para el peruano los dos más grandes poetas de América eran Whitman y él. Un caso raro. El caso del cubano es distinto. El cubano era feliz y sus textos eran felices y radicales. Pero el cubano era homosexual y las autoridades de la revolución no estaban dispuestas a tolerar a los homosexuales, así que tras un momento brevísimo de esplendor en el cual escribió dos novelas (breves también) de gran calidad, no tardó en verse arrastrado por la mierda y por la locura que se hacía llamar revolución. Poco a poco le empezaron a quitar lo poco que tenía. Perdió el trabajo, dejaron de publicarlo, intentaron que se convirtiera en soplón de la policía, lo persiguieron, interceptaron su correspondencia, finalmente lo metieron preso. Dos eran, aparentemente, los objetivos de los revolucionarios: que el cubano se curara de su homosexualidad y que, ya sano, trabajara por su patria. Ambos objetivos dan risa. El cubano aguantó. Como buen (o mal) latinoamericano, no le daba miedo la policía ni la pobreza ni dejar de publicar. Sus aventuras en la isla fueron innumerables y siempre, pese a todas las presiones, se mantuvo vivo y alerta. Un día se largó. Llegó a los Estados Unidos. Sus obras comenzaron a publicarse. Empezó a trabajar con más ahínco que antes, si cabe, pero Miami y él no estaban hechos para entenderse. Se marchó a Nueva York. Tuvo amantes. Contrajo el sida. En cuba llegaron a decir: ya ven, si se hubiera quedado aquí no habría muerto. Durante un tiempo estuvo en España. Sus últimos días fueron duros: quería acabar de escribir un libro y apenas tenía fuerza para ponerse a teclear. Sin embargo, lo terminó. A veces se sentaba junto a la ventana de su departamento neoyorquino y pensaba en lo que pudo haber hecho y en lo que finalmente hizo. Sus últimos días fueron de soledad y de dolor y de rabia por todo lo irremediablemente perdido. No quiso agonizar en un hospital. Cuando acabó el último libro se suicidó. Eso me contó Arturo mientras esperábamos el avión que lo iba a sacar de España para siempre. El sueno de la Revolución, una pesadilla caliente. Tú y yo somos chilenos, le dije, y no tenemos culpa de nada. Me miró y no contestó. Luego se rió. Me dio un beso en cada mejilla y se fue. Todo lo que empieza como comedia acaba como monólogo cómico, pero ya no nos reímos.

domingo, 26 de julio de 2009

De Julio Ramón Ribeyro para ti

-Una cualidad que te envidiamos es haber logrado siempre evitar las discuciones -le dicen a Luder.
-No veo por qué. Entrar en una discución es admitir por anticipado que tu contrincante puede tener la razón.

domingo, 19 de julio de 2009

sábado, 18 de julio de 2009

Orfeo

Hay cosas que nunca comprenderías acerca del ruído, de la manera en que los animales peludos cierran los ojos y los abren, de cómo robustecen las olas en la caída de la casualidad y de la pena. He comenzado a caminar eternamente hasta tu origen, hasta el punto donde se individualiza tu habla y se vuelve interminable tu silencio. He cruzado por los bancos, a través de los letreros que nos hacen jugar con las palabras y sumar y restar o dividir tu nombre con la fuerza o la rabia de un amor roto. Primero me atreví a sonreir a tu madre y luego a pensar en tu muerte, en la loca idea de tu muerte y la muerte me habló. Mira las estrellas clavadas en todas esas ciudades, en todos los viejos lugares donde no pudimos verlas. Y es a través de las rocas donde recupero tu cuerpo, donde apago las luces del infierno y devuelvo la vieja moneda que debía ser para el pan. Envuelven las sombras el peso de tu alma y el irreconocible movimiento de tus pies. Trato de mirar a los rescoldos, de oler el turbio calor de tu deseo, de limar el grueso espacio que nos separa y tú obstinada dominas las olas a tu primera palabra. Confundiendo el olor vacío de la totalidad de tu vida y mi vida a la avalancha que deciden tus besos, a la felicidad inmanente de un linterna creada para decir te amo. Ya tarde el camino me sorprende la mañana, las ovejas disfrutando la muerte entre las olas, y es ahí que por primera y última vez volteo a mirarte, para notar que ya te he perdido.

domingo, 12 de julio de 2009

un taxi a los olivos

Es inevitable menciona la persona. Y la dejo que se lleve un pedazo de mí. Que me deje inconcluso quizá? que llueva piedras cuando ella dice quererme. que siga tomando un taxi apedreado. que me llame cuando todo parezca estar mal. que guarde su sinceridad sólo para mí. que ronque como un gallo a penas me vea. que se desintoxique antes del desayuno. que me hable muy lento, más lento, ultra lento, exageradamente lento. que se afeite conmigo en las mañanas. que se rompa un huevo, como si ella fuera de cáscara y plumas. que me mire mientras compongo a mi perro. que me llame a penas despierte. que grite a penas me piense. que se deshoje y me deshoje cuando sea invierno. que cante conmigo sólo los domingos. que me destruya y me vuelva a unir. que me presente ante la sociedad los días lunes. que me desmaye ante la necesidad de verla. que rompa mis camisas y me obligue a no irme. que pare un taxi y subamos los dos. que se corte el pelo. que me abrace rotundamente ante un posible atraco. que me lime los dientes. que exagere su amor los días de pago. que guarde una bala debajo de la almohada. que me excomulgue cuando no coma su comida. que me abrace con sus piernas. que me contagie su gripe y me mienta que duerme. que desestabilice el tiempo. que llame por cobrar. que se identifique todas las noches. que pida huelga y hagamos huelga a diario. que use mis zapatos y no los lustre. que cuente nuestro botín antes de dormir. que manifieste haberme robado y raptado. que seduzca con esa carita. que se asome por encima de las sábanas. que se tropiece cuando hablemos. que me llame de muchas maneras. que no duerma y no me deje dormir. que reproduzca la fiebre. que me lleve y que jamás regrese.

miércoles, 8 de julio de 2009

La voz - Robert Desnos

Tan semejante a la flor y a la corriente de aire
al curso del agua a las sombras pasajeras
a la sonrisa vislumbrada aquella famosa noche a medianoche
tan semejante a toda la felicidad y a la tristeza
es la medianoche pasada alzando su torso desnudo por encima de las torres y de los álamos
llamo a mí a los perdidos en los campos
los viejos cadáveres los viejos robles talados
los jirones de tela pudriéndose sobre la tierra y la ropa secándose a los alrededores de las granjas
llamo a mí a los tornados y a los huracanes
las tempestades los tifones los ciclones
los maremotos
los temblores de tierra
llamo a mí al humo de los volcanes y al de los cigarrillos
a los círculos de humo de los puros de lujo
llamo a mí a los amores y los enamorados
llamo a mí a los vivientes y a los muertos
llamo a mí a los sepultureros llamo a los asesinos
llamo a los verdugos llamo a los pilotos los albañiles los arquitectos a los asesinos
llamo a la carne
llamo a la que amo
llamo a la que amo
llamo a la que amo
la medianoche triunfante despliega sus alas de satén y se posa sobre mi lecho
las torres y los álamos se pliegan a mi deseo
aquellos se derrumban aquellos se desploman
los perdidos en el campo se reencuentran al encontrarme
los viejos cadáveres resucitan por mi voz
los jóvenes robles talados se cubren de verdor
los viejos jirones de tela pudriéndose en la tierra y sobre la tierra crujen por mi voz como el estandarte de la revuelta
la ropa secándose en los alrededores de la granja viste adorables mujeres que no adoro
que vienen a mí
obedecen a mi voz y me adoran
los tornados giran en mi boca
los huracanes enrojecen si pueden mis labios
las tempestades rugen a mis pies
los tifones si es posible me despeinan
recibo los besos de embriaguez de los ciclones
los maremotos vienen a morir a mis pies
los temblores de tierra no me estremecen pero hacen que todo se desplome a una orden mía
el humo de los volcanes me viste con sus vapores
y el de los cigarrillos me perfuma
y los círculos de humo de los puros me coronan
los amores y el amor tan largo tiempo perseguidos se refugian en mí
los enamorados escuchan mi voz
los vivientes y los muertos se someten y me saludan
los primeros con frialdad los segundos con familiaridad
los sepultureros abandonan las tumbas apenas cavadas y declaran que sólo yo puedo mandar los nocturnos trabajos
los asesinos me saludan
los verdugos invocan la revolución
invocan mi voz
invocan mi nombre
los pilotos se guían por mis ojos
los albañiles sienten vértigo al escucharme
los arquitectos parten hacia el desierto
los asesinos me bendicen
la carne palpita a mi llamado

la que amo no me escucha
la que amo no me entiende
la que amo no me responde

sábado, 4 de julio de 2009

La vie immédiate - Paul Eluard

Adiós tristeza
Buenos días tristeza
Grabada estás en las líneas del techo
Grabada en los ojos que yo amo
No eres del todo miseria
Pues los labios más pobres te denuncian
Con una sonrisa
Buenos días tristeza
Amor de los cuerpos amables
Poder del amor
Cuya amabilidad surge
Cual monstruo sin cuerpo
Cara desencantada
Tristeza bello rostro

lunes, 29 de junio de 2009

miércoles, 24 de junio de 2009

Ernesto Sábato, hoy cumple años


Busco entre los papeles y dvds de mi padre el libro del Ché que le regalé.
He llegado a los 39 y se acerca inexorablemente una edad que da que pensar sobre mi futuro guerrillero; por ahora estoy "entero".
Escrito el 14 de Junio de 1967. Sacado de el diario del Ché en Bolivia.
Ahora muchos de ustedes se diran y eso que tiene que ver con tu título? bueno tiene y no tiene que ver, pues como algunos recordaran en su libro Abaddón el exterminador, Sábato retrata de una forma muy lograda y sentimental la estancia y vida del Ché en Bolivia y es ahí donde se llega a apreciar el sentimiento que causó en él la desaparición de Ernesto Guevara.
Pero en realidad a eso no es a lo que quería llegar, sino a pensar por un lado, qué es un año más y exactamente jugar un poco sobre esa idea, accionando una pequeña ficción sobre lo que diría Sábato por este nuevo onomástico, a semejanza como en ese libro que dice la segunda visita de William Burroughs.
Quizá hoy no es el día que planteo, escribo y me he decidido a pensar que hoy no es hoy. Entonces qué edad tendré y exactamente seré yo el que escribe? todas las preguntas son aceptables pero por ahora sólo puedo decir que es 24 de Junio, como cuando escribí o escribiré lo sombrío y oculto que puede ser ese día, algo así como dándole una especie de interés a las cosas que para mí no exactamente lo son. Puede que ahora que me vayas leyendo pienses en verdad si soy yo o no lo soy. yo te puedo decir que lo soy pero y los demás? o quizá notes que soy pero no la otra persona. Podría pasarme la noche así, no? y finalmente nunca decir nada, pero tampoco es a eso a lo que quiero llegar. Me gustaría que vayas leyendo todo, sabes? y si al final no comprendes nada sería lo mejor, pues casi no hay que comprender o transgredir, pienso que hoy es un día más a pesar de que los años pesen y las coincidencias y el azar nos den otro punto de vista. He querido no ser tan trágico como esa novela el túnel (ahora trato de buscar inútilmente mi libro del túnel pero recuerdo ya infructuosamente que lo presté y nunca me lo devolvieron) y tampoco pedirte ni rogarte que me busques, que mancilles la mañana ni mucho menos que dejes de ir a estudiar o trabajar mientras yo sigo pensando en ti o sobre ti o contigo mientras que aún existes o dejas de existir por momentos. Qué es exactamente existir para ti, si es que yo te digo que ya no existes. Si he puesto el agua a calentar y el café espera ser servido. Si las cosas dejan de serlo a tu primera palabra y la última borra todo y empieza de nuevo. Apremia los días con lo que queda de ti y no observes que la despedida no es un acto elegíaco y malévolo. Deja que llame a todas las puertas y cante como hay que cantar cuando la prosa por fin deje algo en el canasto. Hoy es sólo un día de los que hay porvenir, hoy no sólo es hoy, aunque quizá sí lo es.

pd: Feliz cumpleaños a usted y también a ti.

jueves, 18 de junio de 2009

André Coyné

Los surrealistas inventaron el hasard objectif para designar -según el propio Bretón- el "campo prodigioso de Arheim mental", "definido por Engels como la forma de manifestación de la necesidad", que cubre todas aquellas "situaciones de la vida" caracterizadas por "el hecho de que parecen pertenecer a la vez a la serie real y a una serie ideal de acontecimientos", o sea -de acuerdo con Carrouges- "el conjunto de las premoniciones, encuentros insólitos y coincidencias asombrosas que se manifiestan de tiempo en tiempo en la vida humana".

jueves, 11 de junio de 2009

Yo viví en la luna



p.d: iba a poner sólo el audio pero la animación no está para perderse. saludos

jueves, 4 de junio de 2009

miércoles, 20 de mayo de 2009

Vuelve - Konstantinos Kavafis

Vuelve otra vez y tómame,
amada sensación retorna y tómame -
cuando la memoria del cuerpo se despierta,
y un antiguo deseo atraviesa la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan,
cuando las manos sienten que aún te tocan.

Vuelve otra vez y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...

martes, 12 de mayo de 2009

un mensaje a media noche


No vas a dejar que pase mi cumpleaños solo, ¿verdad?

sábado, 2 de mayo de 2009

mira como huye... el sueño

Vengo a buscar lo que es mío, lo que me ha pertenecido toda la vida y me a dañado mas que nadie. He de arrancarme las viejas algas y demás preciosos animales que viven en mi cabeza, que atormentan el bosque. He de colaborar en esta revolución, de la que soy solo el único sobreviviente (es mentira, ya no queda nadie). sin embargo he caminado a través de todos estos salvajes edificios llorando, quizá poco, quizá mucho.
Levantarme temprano antes de que noten que duermo en ese pequeño jardín, no vayas a decir lo malo que soy, quizá sólo quise descansar. Mira como me he desesperezado y he vuelto a caminar.
Volveríamos a ver el camino perdido? la calle donde nos detuvimos? y si tú regresas, me perdonarás?
¿perdonar qué? ahora dice el hombre, no llegaste a volver es verdad?, a pesar de que te necesité y que ahora he empezado a rezar, no llegaste es verdad?
El mundo cae pesadamente sobre estas cuadrículas, da frío pensar en esto, en recordar y es preciso que dios envie un saboteador, a que me quite este peso, y si volví a caminar, me volví a caer?
Que triste veo la mayoría de cosas, su color parece acabado, como una especie de enfermedad que va y viene.
A pesar de que sabemos que existe un inicio y un final, estoy seguro que casi nadie piensa en el final. Las cosas han dejado de hablar, es posible que tú también entiendas lo que digo? es ese momento que todo ha callado y no queda nadie.
Hay luces que cruzan por la ventana, algunas me cierran los ojos y pienso repentinamente en muchos sueños.
Que brisa despide este momento, este momento que jamás terminará, que será infinito y único. Como dos personas, que fueron una.

domingo, 26 de abril de 2009

I once fell in love with you

me sentía tan
impaciente embarazada
mi pequeña cintura redonda
mis ojos mas hinchados
(cierta angustia en los ojos)
mis pies mas tiernos
y mas angustiantes
mis brazos.

Cómo te ansiaba y
pensar que una persona
como yo
se enamore de ti.



martes, 21 de abril de 2009

para la señorita lectora de Maitena

Como usted sabrá, soy quizá un desentendido en la materia (sobre la historieta Maitena), por eso me he tenido que ver en la situación de consultarlo con algunas amistades femeninas, de las cuales he encontrado discersiones disparejas aunque tal vez cosas en común. Lo más interesante es lo irónico al parecer sobre esta historieta y ya veo hacia a dónde apunta UD. y cómo podrá acabar dentro de algunos no alejados años.
Ahora bien, exactamente no sé a dónde se perfila esta entrada, o qué es lo que voy a decir al final o en el fondo. Es que no tenga qué decir, sólo que las cosas aún están como en una especie de trámite o pasando bajo el escrutinio de muchas personas que al parecer ni siquiera están en este juego.
Déjeme decirle que escribo, que aún mis palabras se columbran sobre el lapicero y la tinta. Que la nostalgia es una invitada bien recibida y a la vez odiada. Las noches son mas largas que los días, las palabras puede que se vayan alargando y diciendo cositas cada vez más pequeñas y poco entendibles, eso puede ser un argumento a mi escrito o una simple excusa de la cuál no sé salir.
No pretendo ser una persona de soluciones a todo (el "todo" se lo dejo a cualquier otra persona que quiera tomar el mando y navegar sobre la radical nada hacia el algo). No pretendo cargarle con excusas, ilusiones, dramatismo de milímetros a milímetros. Pretender no es lo mío señorita, yo no busco la persona que me cambie que me quiera distinto, sin o con zapatos. No requiero vestirme de animal emplumado, ni cargar baúles apabullados de formas y conductas tan ricas y sonoras de esta susodicha vida.
Lo que yo quiero decirle finalmente señorita, es que no me cambie y que nadie la cambie porque en eso está el gusto de ser uno.




P.D.: este texto aún está en crecimiento.

martes, 7 de abril de 2009

miércoles, 18 de marzo de 2009

Sin titulo

Atame fuerte a un madero o si deseas amárrame a una de tus piernas sucias con un lazo fuerte
Amárrame como a una pertenencia tuya, como a un objeto raro y deleznable, como a algo que no tiene mas dueño que tú
No te atrevas ni a aflojar ni a soltar mi amarra, no me mires con tristeza, ni mucho menos con calma
Atame los brazos y las piernas
Atame a tu cama, a tus huesos
Sujétame fuerte, como si nunca tengas que perderme.

sábado, 7 de marzo de 2009

un año ya

Mientras tomas la pausa de la palabra y veo desconfiadamente el silencio que creas con tus ojos, con tu pequeña maldad, con tu miedo eterno. Comprendo inefablemente la pronta llegada de tu ausencia.
Te veo caminar, te veo andar como un pájaro sobre la nieve. Intentas vanamente buscar esa palabra. Te sientas sobre una piedra y empiezas a mentir.

viernes, 27 de febrero de 2009

Vicente Huidobro

Soy una orquesta trágica
Un concepto trágico
Soy trágico como los versos que punzan en las sienes y no pueden salir
Arquitectura fúnebre
Matemática fatal y sin esperanza alguna
Capas superpuestas de dolor misterioso
Capas superpuestas de ansias mortales
Subsuelos de intuiciones fabulosas

domingo, 15 de febrero de 2009

Tímida y avergonzada - María Emilia Cornejo

tímida y avergonzada
dejé que me quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
Sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome
"nunca confíes en los hombres".
Comprendiste mi dolor
Y con infinita ternura
Cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.

martes, 3 de febrero de 2009

Fe de vida - Alejandro Romualdo

Puedo morir de rabia y de dulzura.
Morir de hueso en hueso hasta el tobillo.
Arrancarme la piel con un cuchillo.
Quemar vivos mis sueños, mi ternura.

Puedo morir de risa, de amargura,
atorado, revuelto y amarillo.
Romper de amor mi hueso, mi estribillo.
Partir en dos mi vértebra más dura.

Puede lograr mi muerte lo que quiero:
hacer que en la extensión que me consigne
pazca y trisque el dulcísimo cordero.

Puedo morir como un violento cisne
de guerra. Proclamando, y prisionero,
una canción vital, un cuello insigne.

domingo, 25 de enero de 2009

Simone de Beauvoir

Yo releía sus libros, lo escuchaba, lo interrogaba, estaba tan ocupada que no pensaba en preguntarme por qué exactamente estaba a gusto conmigo: ya me faltaba tiempo para descifrar lo que ocurría en mi propio corazón. Cuando me tomó entre sus brazos una noche en medio de los jardines del Carroussel dije escandalizada: "No besaré sino a un hombre a quien quiera." Me contestó tranquilamente. "Pero a mí me quiere." Y en seguida supe que era verdad. Si no lo había advertido antes es porque había ocurrido demasiado pronto: ¡con él todo andaba tan prisa! Es eso lo que al principio me subyugó; las demás personas eran tan lentas; la vida, tan lenta... Él quemaba el tiempo y atropellaba todo. Desde el momento en que supe que lo quería fuí con entusiasmo de sorpresa en sorpresa. Aprendí que se podía vivir sin muebles y sin horarios, no almorzar, no acostarse de noche, dormir de tarde, hacer el amor en los bosques igual que en una cama. Me pareció sencillo y alegre hacerme mujer entre sus brazos; cuando el placer me asustaba su sonrisa me tranquilizaba. Una sola sombra sobre mi corazón: se acercaban las vacaciones y la idea de una separación me aterrorizaba. Evidentemente, Roberto se dió cuenta: ¿por eso me propuso casarnos? En ese entonces esta idea ni siquiera me rozó: a los diecinueve años parece tan natural ser querida por el hombre al que uno quiere como serlo por los padres o por Dios omnipotente.

viernes, 16 de enero de 2009

CUATRO BOLEROS MAROQUEROS - Antonio Cisneros

1

Con las últimas lluvias te largaste
y entonces yo creí
que para la casa más aburrida del suburbio
no habrían primaveras
ni otoños ni inviernos ni veranos
Pero no
Las estaciones se cumplieron
como estaban previstas en cualquier almanaque
Y la dueña de la casa y el cartero
no me volvieron a preguntar
por ti.

martes, 6 de enero de 2009

hable con (de) ella

hablar de ti, es como trasnochar el tiempo.
hablar de ti, ya no importa.


domingo, 4 de enero de 2009

2046

Todo el que llega al 2046 tiene la misma intención: recuperar recuerdos perdidos. Porque en el 2046 nuca cambia nada, pero nadie sabe si es cierto o no, porque nunca nadie vuelve.