- (casi sin voz) felicidades - le dije.
- mira (enseñándome su sortija), no es bonita?
- por supuesto. Me alegro por ti, se te ve muy contenta.
- gracias!
Tan sólo un año antes, él le había pedido matrimonio a Cristina. Tan sólo un año antes él había visto esa misma expresión en otro rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario