viernes, 18 de julio de 2008

Serenata - Jorge Eduardo Eielson

El dulce Caco clama entre sus joyas, sus amores y sus heces.
Quieto animal de hastío: cubridlo de rocío;
Mansa mujer que atraviesas su cuerpo dormido:
Tended vuestro armiño, vuestro cabello, apaciguad su sangre.
Dormido así, su vida es sólo baba y olvido,
Y viento que abriga y perdona, económico y dulce.
De su bolsillo emergen conos de frutas y pescado,
Y un saxofón perdido, como una ola de oro,
Salpica su corazón, sin despertarlo. Deber tuyo es,
Mujer vestida de iguana, arrodillarte y decirle:
Bendito seas, amor mío, por luminoso e imbécil,
Por desordenado y triste, porque te comes las uñas,
Y los piojos y los lirios de tu santa axila,
Y amaneces como un loco sentado en una copa.
Bendito seas, amor mío, que nunca has llorado;
Bello rostro agusanado y borrado antes del beso,
Después del poema, el canto y la pura blasfemia.
Bendito seas, amor mío, por tener huesos y sangre,
Y una cabeza pálida y soberbia, partida por el rayo;
Y por no estar jamás ni en triunfo ni en derrota,
Sino amarrado como un tigre a mis cabellos y mis uñas.
Bendito seas por gruñón, por delicado y estúpido,
Por no tener infierno ni cielo conocido, ni muerte,
Ni vida, ni hambre ni comida, ni salud ni lepra;
Medusa de tristes orgías, de penas jubilosas,
De torpes esmeraldas en la frente, y bosques
De cabellos devorados por el viento,
Vacíos de sesos, de corazón, de instestinos y de sexo.
Bendito seas, amor mío, por todo esto y por nada,
Por miserable y divino, por vivir entre las rosas
Y atisbar por el ojo de la cerradura cuando alguien se desnuda.
Viva sombra destructora de mejillas y de espejos,
Ladrón de uvas, rapazuelo, dios de los naipes y la ropa sucia;
Dulce Caco de celestes dedos y cuernos de hierro,
Señor del vino, que me matas con dagas de heliotropo.
Bendito seas, labios de gusano, cascada de avena,
Por poderoso e idiota, por no tener hijos ni padres,
Ni barbas ni senos, ni pies ni cabeza, ni hocico ni corola,
Sino un ramo triste de botones sobre el pecho.
Bendito seas, amor mío, por todo esto y por nada,
Bendito seas, amor yo me arrodillo, bendito seas.

2 comentarios:

La sonrisa de Hiperion dijo...

"Por miserable y divino, por vivir entre las rosas"
Lo que tiene las genialidades.
Saludos

en las nubes dijo...

Interesante post... bonito y duro al mismo tiempo...
Besos