es cierto que el tiempo afianza los sentimientos, como también es cierto que el mismo tiempo los borra, que tal vez sería mejor decir que lo "sana". Yo aprendí a vivir con un pez rojo en la espalda y en el corazón. a zozobrar mientras intentaba callar todo o maldecir a los gatos por cruzarse en nuestro camino. no era ridículo, jamás, colocarte el brasier y ponerte el vestido con tu vincha hermosa que alguna vez te robaste. no impedía el sol amarte. no era la mala comida, ni la bebida. era acaso la piedra que hizo tropezar a héctor, la misma que nos hizo tropezar? como incendio que se fecunda entre nuestras piernas. vuélcate y camina junto al tren. roba un pedazo de pan. es posible estar aquí o allá. pero jamás, jamás. estar en dos sitios a la vez.
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3 comentarios:
estos son fragmentos de algo más grande, causa? está bacán...
también la del zorro (y)
así es!
La desesperación es la materia prima del cambio drástico
gracias por las palabras, jóvenes adultos.
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