miércoles, 3 de septiembre de 2008

Sin título - César Pajuelo Moore

Desperté y miré de nuevo. Vi mis piernas, brazos y traté de verme por el espejo. Todo mi cuerpo completo, la puerta negro-marrón entre abierta, escaleras de madera abajo.

Todo estaba en su sitio como si un temblor las hubiera colocado bien. Mis sandalias colocadas al pie de la cama, aunque no sabía por qué me dolía la espalda en una cama tan suave.

Decidí bajar, seguro mamá estaba preparando la cena.

Me parecía no haber visto mi cuarto desde hace largo tiempo (un minuto tal vez).

Mis copias de Derain colocadas frontalmente a la ventana seguían en su sitio y al lado izquierdo antes de llegar a la puerta mi estante de libros.

Oh mis libros! casi se me escapa una lágrima de asbesto. Todos en su sitio, Joyce, Cortázar, Faulkner, la colección de Miller y de pronto un libro que no recordaba, de color azul que decía "la verdad sobre el despertar" debe ser uno de esos libros surrealistas -pensé- entonces antes de que mi mano tocará el libro, mi cabeza volteó derrepente ante los "Toc Toc"de la pared. Caminé despacio hacia el lado derecho y toqué dos veces a la pared "Toc Toc" y sin espera de minuteros escuché "Toc Toc" y sin pensarlo dije "¿quién es?" y automáticamente me respondió una voz diciendo "Soy yo. Ayúdame".

Me invadió un temor descomunal, pedía auxilio, tocaba desesperadamente la pared fría, apuñeteaba y gritaba con la saliva derramada sobre mi ropa.

De pronto noté que era un cuarto vacío, sin puerta, con un espejo. Y había alguien del otro lado.

4 comentarios:

Ericarol dijo...

solamente te puedo decir que este escrito me ha dado mucho miedo.

Un beso temeroso!!!

Ericarol

maría manzanilla dijo...

te faltó mencionar el libro de los 1000 chistes elegantes.

Sebastián dijo...

ese texto fue escrito hace varios años a trás (por eso no encuentra los 1000 ...)

AnA dijo...

Pufff... Al otro lado puede estar cualquiera.